El suelo es uno de los puntos de tu vivienda al que deberás prestar atención de cara al verano, ya que dependiendo del tipo de material que esté instalado, puede ayudar a refrescar la casa o, todo lo contrario, puede ser un problema frente a las olas de calor típicas de esta época del año.
Acondicionar el suelo de casa para hacer más llevadero el calor es fundamental, ya que resulta una alternativa ideal para mantener la casa fresca y utilizar menos el aire acondicionado. Hoy, en nuestro blog, te explicamos qué suelos repelen mejor el calor.
La piedra, uno de los materiales más frescos
Si queremos que nuestro suelo sea frío y nos ayude a combatir las altas temperaturas, la piedra es una excelente solución. Las baldosas fabricadas en este material, además de ser muy frescas, son altamente resistentes y no requieren de muchos cuidados.
Por otro lado, podemos encontrar diferentes modelos, en función del tipo de piedra que se quiera utilizar: granito, cuarcita, mármol, etc. Además, le dará un toque muy elegante y sofisticado a la casa.
La cerámica y el gres, los más frescos
La cerámica y el gres, ambos materiales procedentes de la arcilla, son dos de las mejores alternativas para que tu suelo sea altamente refrescante en verano. Por su composición, es más fácil que mantengan el frío en esta época del año, a pesar de las altas temperaturas del exterior.
Otro punto a favor de estos materiales es que son muy versátiles, ya que se pueden utilizar para cualquier estancia de la casa y, además, son muy fáciles de limpiar y de tratar.
El PVC, una opción muy económica
En los últimos años se ha comenzado a popularizar el uso del PVC como material para fabricar suelos de viviendas. Se puede encontrar en diferentes formatos, como baldosas, listones que simulan parqué o placas que simulan microcemento. Además de ser muy versátil, es un material muy eficiente y, sobre todo, muy duradero, ya que es muy resistente y fácil de limpiar y mantener.
Linóleo como alternativa más sostenible
El linóleo es un material formado por diversos componentes naturales, como aceite de linaza, harina de madera, polvo de corcho o polvo mineral, todos ellos biodegradables. Esto lo convierte en la opción más ecológica y sostenible.
Además de las ventajas medioambientales que conlleva, es ideal como aislante térmico, por lo que mantiene una temperatura idónea en todo momento. También es un material muy flexible y adaptable, además de muy resistente, incluso al agua, por lo que es una buena alternativa para cualquier estancia de la casa, sobre todo, para baños y cocinas.
En definitiva, escojas el tipo de suelo que escojas, lo importante es que nos sintamos cómodos con él y, sobre todo, que lo elijamos teniendo en cuenta el clima de nuestra región, la orientación de la vivienda y el recorrido que sigue la ventilación y el aire dentro de nuestra casa.
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