Ya está aquí el verano y lo que más nos gusta es disfrutar de la terraza de nuestra casa o piso, ya sea en solitario, echándonos una buena siesta en la hamaca, o en compañía, con una barbacoa con amigos o familia. En cualquier caso, nos gusta contar con una terraza bien arreglada… ¡Y si puede ser por poco precio! Por eso, en nuestro artículo de hoy, te presentamos varias alternativas para que puedas reformar el suelo de tu jardín o terraza por un corte muy bajo.
El césped artificial, la opción más barata
El césped artificial suele utilizarse, sobre todo, en terrazas muy grandes a las que queramos darles un efecto de jardín, mucho más fresco que con otros materiales.
Acostumbra a venderse en rollos y podremos optar por un césped artificial más barato, alrededor de 5 euros el metro cuadrado, o más caro, hasta 100 euros. Lógicamente, a más precio, mayor calidad, mayor densidad y más altura del césped.
El vinilo, una opción ideal para terrazas techadas
El suelo vinílico es de PVC y es ideal para cubrir el suelo de una terraza techada de forma barata. No es muy recomendable utilizarlo en terrazas excesivamente soleadas, ya que este material puede perder el color si está muy expuesto.
Acostumbra a venderse en rollos o en forma de baldosa o lamas. Los precios oscilan alrededor de los 20 euros el metro cuadrado.
El suelo de resina, uno de los más resistentes
Si buscas resistencia a la humedad y al uso diario en tu terraza, los suelos de resina son ideales. Acostumbran a utilizarse en duchas exteriores y son muy útiles para crear zonas diferentes, combinándolos con otros tipos de suelo, en un jardín o terraza. Se vende en formato de baldosas y el precio es muy similar al del vinilo, cerca de los 20 euros por metro cuadrado.
Madera sintética, la mejor opción, pero más cara
El suelo de madera sintética es una de las mejores opciones para la terraza, ya que es muy resistente y, a pesar de que esté expuesto al sol, no suele perder color. Además, es muy fácil de combinar con otros tipos de suelo.
Suele estar hecho de madera, fibras naturales y resinas sintéticas y, el punto negativo, es que acostumbra a ser más caro, aunque no tanto como la tarima de madera maciza.