Lavar la ropa, tenderla, secarla y plancharla es una de las tareas del hogar más tediosas que existen, pero también es una de las más necesarias. Por ese motivo no podemos evitarla. Lo único que podemos hacer es facilitarnos el trabajo convirtiendo uno de los espacios de nuestra vivienda en una pequeña lavandería. Quédate con nosotros porque vamos a explicarte cómo hacerlo.
¿Dónde montar el cuarto de la plancha?
Habitualmente pensamos que el mejor lugar para ubicar el cuarto de la lavandería y el planchado es en el garaje o el sótano, si tenemos una casa. Nada más lejos de la realidad, ya que, aunque estos espacios son muy funcionales, no son prácticos ni cómodos, ya que quedan alejados del resto de la casa.
El lugar ideal para instalar el cuarto de la plancha es cerca de la cocina o de los dormitorios, donde se genera más ropa sucia. Aunque pocas viviendas cuentan con tanto espacio como para dedicar toda una habitación a este fin. Así que, en caso de andar escasos de metros cuadrados, podemos optar por crear miniespacios, como armarios escondidos o rincones en la cocina y el lavadero.
¿Qué requisitos debe tener un cuarto de la plancha?
Estos requisitos parecen muy lógicos, pero a menudo se nos olvida que son importantes para convertir nuestro cuarto de lavandería en un espacio funcional.
La primera de estas condiciones es que cuente con suministros de agua y electricidad. Debe tener entrada y salida de agua para la lavadora y la secadora. Además, necesitará tomas adaptadas y con el voltaje adecuado para estos electrodomésticos.
Por otro lado, la ventilación es sumamente importante, ya que será un cuarto o un espacio en el que se generará mucha humedad a causa del lavado y secado de la ropa. Esta humedad puede ser un caldo de cultivo de alérgenos y bacterias, como el moho o los hongos. Lo ideal es que cuente con una ventana para airear el espacio. Si no es así, un ventilador o un deshumidificador pueden ser dos buenas opciones.
Otros consejos para montar tu lavandería en casa
Un punto importante para tener en cuenta es que debemos aprovechar al máximo el espacio. Por ello, podemos instalar estanterías en rincones, como armarios semiescondidos en la pared, cajones bajo los electrodomésticos, etc. De esta forma podremos guardar y no dejar a la vista la ropa sucia y la que aún está por planchar y mantener ordenados los detergentes y productos para la ropa.
Además, sería ideal contar con un pequeño espacio para instalar un tendedero. No es necesario que sea uno demasiado grande, ya que con uno compacto será suficiente.
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